Septiembre tiene ese “je ne sais quoi” que se agradece. Y es normal, el verano nos expande, nos reconecta con ese tiempo para sencillamente ser y disfrutar de la vida. Pero qué bien sienta también que aflojen las temperaturas y que se respire ese volver a las rutinas que nos dan paz. Un mes que muchos tomamos como invitación para hacer inventario, cómo está cada área de mi vida, preguntándonos qué quiero y qué no, cómo quiero que sea mi día a día, cómo quiero sentirme en él y cómo puedo hacer para mejorarlo.

De eso va la energía Virgo que predomina en el mes de septiembre, de poner en orden nuestra vida, de hacer limpieza para renovar la energía, de retomar o reajustar hábitos que nos hacen bien, de poner atención e intención en todo aquello que repetimos y que en definitiva construye nuestra vida, siendo conscientes que tenemos el poder en lo pequeño y sencillo, en la repetición día tras día de aquello en lo que ponemos nuestra energía.

Si quieres ir siguiendo el día a día astrológico, puedes suscribirte a la membresía Somos Cosmos.

Llegamos al mes de mayo con la necesidad de aflojar el ritmo y sintiendo que vivir es un acto de presencia constante.

Con el Sol en Tauro, la vida nos recuerda que, por mucho que deseemos algo nuevo y queramos avanzar en el camino, es esencial empezar valorando todo lo que ya somos y honrar todo lo que nos rodea. Para que lo nuevo no nazca para llenar ningún vacío. Para que el avance no se vuelva compulsivo queriendo llegar a un horizonte saciador que sólo nos aleja del único lugar real -y disfrutable-.

Eso sí, en Tauro también está Urano, que lleva impulsándonos desde 2020 a renovar lo estancado, y haciéndonos sentir incómodos en lo que se había vuelto excesivamente cómodo, estable y seguro, para que nos atrevamos a romper las inercias que no nos han estado permitiendo evolucionar.

Si quieres ir siguiendo el día a día astrológico, puedes suscribirte a la membresía Somos Cosmos.

Llegamos al mes que marca un punto de inflexión significativo. Este marzo no sólo cierra, como siempre, un año astrológico, sino también un ciclo de 2 años y medio, y otro de 14. Si la energía de piscis ya invita a ese soltar y desprendernos de lo que ya cumplió su ciclo, esta temporada aún más especialmente.

Venimos sosteniendo un proceso de deconstrucción, individual y colectiva, sobre todo desde finales de 2019, y es a partir de ahora que realmente se disuelven viejos paradigmas que no nos permiten evolucionar y llegan a su fin esas estructuras/seguridades que ya no se sostienen más, y empezamos a sembrar la semilla que construirá lo que está por venir. Pero para ello es necesario aflojar el control y entregarnos a lo que la vida está pidiendo que nazca a través nuestro.

Las bases de este nuevo ciclo se construyen desde un nuevo nivel de conciencia, desde la transformación y evolución colectiva. El despertar ya no es una opción, y pasar del sueño a la realidad requiere de un alto grado de madurez, responsabilidad y consistencia.

Si quieres ir siguiendo el día a día astrológico, puedes suscribirte a la membresía Somos Cosmos.

Empezamos febrero con energía renovada, con impulso y ganas de avanzar. Ahora ya sí sentimos que el año nuevo ha empezado y que vamos con todo. Además, ya desde finales de enero y hasta el 21 de abril, todos los planetas estarán directos (sin retrogradaciones), por lo que es un período ideal para ir adelante con todo lo que te hubieses propuesto o para retomar aquello que se había quedado estancado.

Si quieres seguir el día a día astrológico, te invito a participar de la membresía Somos Cosmos.

2023 es el inicio de una nueva etapa que se va a ir desplegando a lo largo de los próximos años. Éste es un año semilla que nos va a permitir revisar y cuestionar nuestras bases para poder empezar a hacer las cosas diferente y avanzar con la mirada puesta hacia delante, muy alineados a quién somos en este momento. 2023 nos pide apertura, confianza y avance. ¿Cómo puedes avanzar más alineado a ti mismo?

Si quieres seguir el día a día astrológico, te invito a participar de la membresía Somos Cosmos.

El Yoga Nidra es el yoga del sueño consciente, en sánscrito, creado por Satyananda Saraswati. Es una propuesta de relajación consciente a través de una meditación guiada, aunque su misión y efecto va más allá. De hecho, se utilizaba tradicionalmente en la india por los yoguis que querían acceder a observar qué regía en el origen la manifestación de sus vidas.

La aromaterapia, tal y como la entendemos actualmente, es el uso de los aceites esenciales de plantas con fines terapéuticos. Según la administración de estos aceites esenciales, tendrán efectos fisiológicos o psicológicos. Si utilizamos vías de entrada que impliquen absorción del aceite esencial como la vía oral -ingestión- o cutánea -a través de la piel-, tendrán un efecto fisiológico sobre el cuerpo. En cambio, la vía olfativa -olfacción o difusión- se basa en la inhalación de las moléculas que desencadena un efecto psicológico sobre el cerebro y las emociones.

Cada elixir contiene la estructura vibratoria específica de cada flor y actúan a nivel energético para restablecer la armonía. Lo bonito de este remedio vibracional es su sencillez de elaboración (flor, agua y sol), pues lo pone al alcance de todos, y su facilidad de utilización, ya que son completamente inocuas. Al tomarlas, te acompañan a nivel psicoemocional y espiritual en tus propios procesos internos de una forma suave y sutil pero intensa, profunda y transformadora. Tanto pueden servir para estados emocionales puntuales y transitorios, como nervios, estrés, ansiedad o miedo por algo concreto, como para ir profundizando hasta a la raíz de heridas, bloqueos, dificultades o estados emocionales más profundos, así como darte la mano en tu camino espiritual, permitiendo ampliar y elevar la conciencia.

En el preciso momento en que naciste, tu ser se impregnó de la vibración justa y concreta de ese instante, de la energía que estaba sucediendo y dando forma a todo lo que nacía y acontecía en ese momento. No es una cuestión de influencia del cielo o los planetas sobre ti, sino de la correspondencia energética entre todo lo que estaba siendo. Se podría entender de forma similar a que, cuando el reloj marca las doce, no está provocando que sea esa hora, sino que están sucediendo ambas cosas a la vez. Cuando leemos el reloj, sencillamente nos está informando de la hora que es.

Cuando empecé a introducirme en la astrología fue porque me daba cuenta de las sincronías que sucedían entre lo que sentía, pensaba o hacía, y lo que estaba ocurriendo en el cielo. A raíz de ir estableciendo vínculos entre lo de arriba y lo de abajo, fui aprendiendo más profundamente el lenguaje astrológico para ir descifrando los mensajes energéticos del cosmos.

Para ello fui afinando, por un lado, la escucha interna y la percepción y, por el otro, fui estudiando la naturaleza, que es el origen de la astrología, y observando sus correspondencias energéticas.